martes, 14 de diciembre de 2010

Ciudad de Samurais

Que a mi me gusten los samurais no es nuevo para todos aquellos que me conoceis, pero que en algún momento pensé que podía entrar en las casas de algunos de ellos no me lo podía ni imaginar. Y eso me pasó ayer cuando, visitando la ciudad de Kanazawa, me adentré en un barrio que aun mantienen con muchas casas de samurais de la edad media japonesa (que pensandolo un poco, tampoco es que sea muy antigua, pues en el siglo XIX aun estaban ella). Pero era bastante curioso como vivian estas personas. Las casa no eran muy grandes (excepto la del señor), apenas tenian tres o cuantros habitaciones incluyendo cocina y salón, y por supuesto separadas cada una de ellas por esas paredes de papel. La verdad es que no se diferencian mucho (desde mi punto de vista) de las casas actuales japonesas, que siguen siendo pequeñas y con las mismas paredes y suelos. Bueno tengo que decir que se están occidentalizando bastante rápido y muchas de las casas ya no son así.









También encontré en está maravillosa ciudad un antiguo barrio de los placeres o lo que es lo mismo un Barrio de Geishas. A diferencia del de Kyoto, este barrio no tiene tanta vida y está más dedicado al turismo por lo que han conservado en muy buenas condiciones las viviendas de las Geishas. Pude entrar en una de ellas y la verdad es que era preciosa. Me hacía pensar en la película de "Memorias de una Geisha". El barrio en si mantenía un aire especial. Las casas estan unidas entre si (dificil de ver hoy en Japón puesto que todos los edificios tienen al menos medio metro de separación) y las calles son estrechas. La única pega que le puedo poner a la ciudad, y no es culpa suya, es que me llovió durante todo el día. Lo que deslució el paseo. Y hablando de paseo, la ciudad puede verse a pie, lo recomiendo. Las distancias no se hacen largas, merece la pena y así poder disfrutar de una ciudad con bastante historia.










1 comentario:

  1. Es verdad, parece que te has metido en la película. Es de cine, y otro mundo...Me encanta. Sitios así dan ganas de conocerlos y de perder el miedo a los aviones para estar allí. Pura maravilla

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